Saldar la deuda histórica con el Campo Colombiano, un llamado a Empresas Sociales y a Negocios Inclusivos

En marzo de este año se lanzó en Colombia la Misión para la Transformación del Campo, cuya dirección fue encargada a José Antonio Ocampo. Esta Misión tiene el objetivo de “proponer políticas de Estado para que el país salde su deuda histórica con el campo como elemento esencial para construir la paz”. De acuerdo con el Ministerio de Agricultura, estas recomendaciones y propuestas concretas  “se convertirán en proyectos de inversión viables jurídicamente y sostenibles que estarán respaldados en el Presupuesto General de la Nación a partir del año 2015”.

Ayer, después de 7 meses de trabajo la Misión presentó su primer resultado, el documento Marco conceptual de la Misión para la Transformación del Campo. Este texto avanza en enunciar elementos para comprender la situación actual de las comunidades rurales del país, y para dilucidar el camino que permitirá lograr una verdadera transformación rural.

Entre ellos cabe destacar los tres principios básicos que deberán regir las políticas de desarrollo rural. Estos principios incluyen: 1) la necesidad de reconocer una “ruralidad diferenciada” y a “los habitantes rurales como gestores y actores de su propio desarrollo”; 2) la necesidad de superar una visión asistencialista en las políticas de desarrollo rural; y 3) la importancia de “promover un desarrollo rural competitivo y ambientalmente sostenible basado, ante todo, en la provisión adecuada de bienes públicos”.

La Misión también avanza en esbozar cinco estrategias necesarias para lograr un desarrollo rural integral. Estas son: Cierre de los déficit y brechas sociales, con enfoque de derechos; Inclusión productiva que permita que los pequeños productores se integren a lo largo de cadenas de producción y comercialización; Desarrollar un sector rural competitivo a partir de la adecuada provisión de bienes públicos; Proteger la biodiversidad, y Lograr una reforma institucional profunda.

Esta Misión plantea un panorama de desarrollo rural que además de exigir acción política desde el Estado, nos convoca a  todos los que estamos interesados en temas de inclusión. Plantea como estrategias de desarrollo rural la construcción de bienes públicos, la inclusión productiva, y el reconocimiento de las comunidades rurales como protagonistas de su propio desarrollo. Todos estos son temas que también ocupan a quienes quieren crear modelos de negocios sociales, que transformen condiciones de vida y logren impactos reales y significativos en comunidades concretas.

¿Cómo desarrollar negocios inclusivos que involucren y potencien las capacidades de los productores?  ¿Cómo generar bienes públicos para los productores rurales a través de empresas sociales?  ¿Qué debemos aprender, que paradigmas debemos superar para que los modelos de agronegocios inclusivos den un salto y se superen a sí mismos incorporando de nuevas formas a los pobladores rurales? 

Una forma de aportar a saldar la deuda histórica con el campo, está en nuestras manos. ¿Estamos listos?

Consulta el documento Marco Conceptual aquí, o a continuación:

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