La semana pasada terminé de dictar un Seminario dirigido a ONGs de Medellín interesadas en comprender las lógicas empresariales para buscar nuevas alternativas de trabajo colaborativo con el sector privado. Este seminario pudo realizarse porque, para muchos, cada vez es más evidente que están pasando los tiempos de las donaciones tradicionales como único mecanismo mediador entre empresas y ONGs. Cada vez nos estamos aproximando a un escenario donde estos dos actores ven la necesidad de reconocerse como potenciales aliados estratégicos; y en este camino intentan descubrir y construir escenarios de colaboración.
Por supuesto, vislumbrar estos nuevos escenarios no es fácil. Hay una larga historia de desconfianzas, recelos y prejuicios entre unos y otros. También, hay grandes brechas, tanto en las visiones del mundo, como en los lenguajes que se usan para comprender la realidad.
Uno de los elementos que salieron a flote en este seminario es la importancia de comprender las lógicas que tradicionalmente han impulsado la acción empresarial, y las presiones a las que está sometida. Frecuentemente se piensa en las empresas como estructuras monolíticas, que existen en mundos planos, donde no hay contradicción, tensión o paradojas. Solo hace falta ver las noticias para darse cuenta de la complejidad del mundo en el que vivimos; así que las empresas no deberían ser leídas desde un mundo que solo tiene la opción de blanco/negro. Necesitamos tener una perspectiva de grises para identificar y comprender los dilemas que se les presentan.
Hace unos días encontré la página web Human Rights and Business Dilemmas Forum – HRBF-, un espacio creado por la Red del Pacto Global y la empresa de investigación Maplecroft. Este es un Foro “diseñado para estimular la discusión sobre los dilemas de responsabilidad que pueden enfrentar las empresas multinacionales en sus esfuerzos de respetar y promover los derechos humanos, cuando operan en economías emergentes”.
En HRBF se plantea que el dilema para las empresas es cómo respetar y apoyar los derechos humanos en contextos sociales, políticos y económicos complejos – especialmente cuando se violan estos derechos humanos. Algunos de los dilemas que la página incluye a modo de ejemplo son:
- Grados de responsabilidad que se extienden en la empresa a través de toda su cadena de valor. ¿Hasta qué eslabón de su cadena debe ser responsable la empresa?
- La completa satisfacción de todas las expectativas de los stakeholders. ¿Hasta dónde se deben satisfacer estas expectativas?. Se sugiere que es prácticamente inviable satisfacer a todos los grupos de interés, dadas las realidades comerciales, políticos y legales que enfrentan las empresas y su competencia.
- ¿Hasta dónde es competencia de la empresa hacer frente a algunas de las causas fundamentales de las violaciones de los derechos humanos, como la seguridad de los recursos, la pobreza y la falta de educación? ¿Cuál es entonces el rol de los Estados?
El portal explora diversas formas de afrontar estos temas por parte de empresas en todo el mundo. Creo que es un ejercicio interesante para hacer evidente a un público amplio, que incluye a los mismos empresarios, que la acción y la decisión empresarial se dan en un contexto de muchas presiones, donde muchos asuntos deben ser tenidos en cuenta, donde se ponen en juego y se hacen evidentes las prioridades que guían la acción. Las empresas deben actuar considerando los impactos que sus decisiones tienen en los accionistas, los trabajadores, la comunidad, los clientes, la competencia y el mercado en general. Deben mediar su relación con el Estado. Todo esto se da en un escenario en el que no parece reconocerse el mismo peso para todos los intereses / impactos de estos grupos.
El que estas presiones existan no quiere decir, por supuesto, que la empresa no esté en posibilidad de tomar las decisiones que debería tomar, desde un enfoque de sostenibilidad. Lo que evidencia es lo difícil que es tomar decisiones cuando hay que servir a tantos intereses, cuando la relación con el Estado y con el mercado no es del todo simétrica y transparente. Claro que hay escenarios donde la competitividad y la sostenibilidad van de la mano. Pero para acercarse a ellos se necesita tener mirada de largo plazo, y no buscar solamente los resultados más inmediatos – que usualmente son mayores ingresos a más corto plazo. Es difícil tomar decisiones empresariales cuando se tiene que cumplir dos objetivos que a veces riñen entre sí, cuando a todos los grupos de interés no se les reconoce el mismo valor.
En lo personal creo que siempre existirán dilemas, y quizá lo que deba cambiar es la forma como los abordamos. ¿Cuál es nuestro criterio para resolverlos? ¿Cuáles son las preguntas que nos hacemos? Un camino es preguntarse, ¿cuál es la decisión que puedo tomar, que sea más ética y la que más sirve al bien común?. Otro distinto es ¿cómo logro maximizar los resultados económicos en el menor tiempo?
El desafío entonces, me parece, es reconocer cómo abordamos los dilemas que se nos enfrentan, y cómo cambiamos mentalidades egoístas y maximizadoras en el corto plazo, a una que promueva bienestar total para esta y para las siguientes generaciones.